Llámame

+34 699 222 608

Escríbeme

info@planellspsicologia.es

Enfrentarse a la muerte de un ser querido es una tarea ardua y difícil, siendo así una de las experiencias más dolorosas de la propia vida. El duelo es algo a lo que todos vamos a enfrentarnos en algún momento de nuestra vida, queramos o no.

Es algo normal que hay que afrontar y que hay que pasar y atravesar, siendo una parte esencial de la vida, contactando con el propio dolor. Que te duela quiere decir que te importó esa persona. Es normal sentir ese malestar intenso, ya que quiere decir que la persona ha significado mucho para nosotros. De no ser así, no lo pasaríamos mal o seríamos robots.


No hay unas pautas para estar bien

Por lo que no hay una pautas para estar bien cuando un ser querido fallece y muere. Es normal estar triste y contactar con el dolor en esas situaciones. Es más, si no se permite contactar con el dolor es cuando aparecen los problemas. No hay formas correctas ni incorrectas de pasar un duelo.

Hay una famosa teoría de las fases del duelo, que son la negación, ira, negociación, depresión y aceptación, aunque no todos las pasamos igual cuando fallece un ser querido. 

Cada individuo humano afronta las cosas a su manera, ya que por ejemplo quizás no sea la primera muerte cercana o haya pasado por algún duelo recientemente. Depende también de que tipo de vínculo se tuvo con el ser querido, siendo de esta manera el duelo diferente, por ejemplo, si se convivía con esta persona, si había peleas de por medio, si se le dijo algo ofensivo la última vez que se le vio…

También influye si la muerte del ser querido es inesperada o se esperaba, ya que el duelo puede cambiar mucho dependiendo de cada situación. Una persona que se esperaba que muriera, seguramente ya se habría empezado a llevar el duelo mientras estaba viva, aunque siempre es doloroso igualmente. Una muerte inesperada, como un accidente o un suicidio es más impactante y puede que más doloroso y que influya en que el duelo sea más o menos llevadero.


La gente suele decirte cómo debes actuar, los familiares o amigos por ejemplo, indicándote algunas reglas del tipo: “ahora tienes que ser fuerte”, “no te vengas abajo”, “tienes que seguir con tu vida”, “intenta no pensar”, “debes distraerte”, y así muchas más. En resumen lo que se está intentando decir es: “no debes sentirte triste, o no te lo permitas”.

Esto está contraindicado, ya que si la persona no acepta la muerte de una manera sana, contactando con el dolor, llorando, es posible que no se llegue a superar y se esté sufriendo indirectamente.

Nosotros, sin embargo, al perder a un ser querido, necesitamos llorar y estar mal, pero la gente nos está diciendo que no lo hagamos, haciéndonos sentir culpables si lo hacemos, o débiles por llorar. Parece como si tuviésemos que continuar con nuestra vida como si no hubiera pasado nada, como si fueramos de piedra.

Afortunadamente no siempre es así, y no todo el mundo es así, ya que hay mucha gente que facilita que se llore y que se esté mal, que se permita el estar mal un tiempo, unos días, ya que es algo muy doloroso que por ejemplo se te muera una madre o un hijo.

También es muy común que cuando una muerte es esperada y se ha llevado mucho tiempo hasta que ha ocurrido, que la persona cuidadora sienta un alivio, provocando culpabilidad en esta, siendo insoportable tal emoción.

Si se siente algún bloqueo en cualquiera de estas etapas o fases, es importante acudir a un profesional, a un psicólogo online o presencial en Madrid.

La intención de las personas suele ser buena, sin maldad, pero en realidad no te están ayudando diciéndote que debes estar bien y que no llores, ya que es algo que necesitas de manera natural para ir recuperándote poco a poco, contactar con el dolor de la muerte de un ser querido, contactar con el duelo, contactar con la propia vida.


Las emociones que puedas sentir en esta situación son válidas.

Cualquier emoción ante esta situación de duelo es válida, tanto la tristeza como la frustración, la culpa, la tranquilidad, ansiedad, alivio, enfado etcétera.


Algunas indicaciones para hacer la experiencia más sanadora y normalizada

No juzgar tus propias emociones, dejar que estén, ya que van a ser muy cambiantes y diferentes en cada persona, viendo cómo por ejemplo tu hermano está más tranquilo y tú más enfadado o desquiciado por la pérdida. Esto no quiere decir que se haya querido más o menos al ser querido. 

Es importante el desahogo, que digas cómo te sientes, ya que es sano poder expresar la emoción y hacerla válida, no ocultarla ni hacer que se enquiste, ya que es muy sanador poder sacarla. Si no quieres expresarla delante de nadie, puedes hacerlo en soledad, hablando contigo mismo.

Es importante que tengas claro que pensar en la pérdida y expresar tus emociones sea algo pasajero, que no te pases el resto de tu vida hablando de eso o expresando eso. Pasa unos días o el tiempo que sea necesario, pero cuando tengas la oportunidad vuelve a tu vida poco a poco. Pide unos días en el trabajo o lo que sea necesario, pero que sea algo pasajero. Date tiempo para descansar y asentar la pérdida, para ser consciente de lo que pasó, pero no dejes que se alargue mucho, ya que la mente puede hacer de las suyas y estar machacándote constantemente. Contacta con tus emociones y estate el tiempo que sea necesario.

Intenta no aislarte, y si lo haces que sea poco tiempo. Poder mantener las relaciones cuanto antes es muy sano y necesario para seguir sanando. Es bueno que afrontes la situación poco a poco.

Date permiso para volver a las actividades y cosas que te hacían vibrar y sentir bien, ya que cuando pase un tiempo es necesario que vuelvas a esas cosas, aunque aún duela un poco. El dolor se va asentando conforme va pasando el tiempo, y es importante que se vaya complementando con el enriquecimiento de tu propia vida. Querer a la persona fallecida es compatible con volver a ser feliz, y cada vez lo llevaremos con más normalidad y menos dolor. 

Algo que suele pasar también es que solemos acabar muy agotados, tristes y frustrados al estar inmersos en las tareas postmortem, ya que abarcamos todo sin pedir ayuda. Intenta buscar ayuda en el caso de que puedan encargarse del trabajo contigo, busca apoyos.

Intenta no recurrir a pastilla como antidepresivos, ansiolíticos, somníferos, ya que puede ser contraproducente, ya que puede hacer que no contactes con el dolor natural de la propia muerte y estés evadiéndote de alguna forma. Es normal que las personas quieran recurrir a esto, abrumadas por el dolor, al no poder sostenerse sobre sí mismos, pero es necesario dejar pasar algunos días, ya que lo normal es estar así en esas circunstancias. Es lo más adaptativo estar mal en ese momento. Por lo que no se recomienda utilizar psicofármacos, ni siquiera para dormir por las noches.


Una buena psicoeducación sobre el tema es esencial.

Es importante y normal saber que sentir un dolor intenso en una situación de pérdida por muerte de alguien cercano es lo más adaptativo y sanador, por difícil y duro que pueda sonar. Por lo que es esencial que se deje posar ese dolor y no intentemos quitarlo con pastillas. El dolor forma parte de la vida. Crecer duele.

En el caso de recurrir a fármacos, aunque no sea recomendado, es esencial acudir a un profesional médico que pueda recetártelo y llevarte un seguimiento, informándote de los peligros y contraindicaciones. No los utilices por cuenta propia aunque algún familiar o amigo te diga que él los utiliza a veces y no pasa nada.

Es importante dejar pasar el tiempo, ya que puede ayudar a tomar distancia y perspectiva, a ser más consciente de lo que ha pasado y poder asentar más el dolor, el proceso dificil por el que se ha pasado. El tiempo normalmente ayuda a superar las cosas, deja que pase y averigualo por tu cuenta, y de no ser así, busca un psicólogo online o presencial en Madrid. El tiempo por sí solo no tiene por qué curarlo todo, lo importante es saber que hacer en ese tiempo. Si por ejemplo, dejas pasar el tiempo pero estás martirizándote y no contactando con el dolor, seguramente por más que dejes pasar el tiempo no servirá para nada. Es dura asumir que esa persona ya no va a estar mas…


Es normal tener pensamientos muy desagradables.

Pensamientos del tipo: “no voy a poder seguir con mi vida”, “la vida ya no tiene sentido”, “me quiero morir sin esta persona”, y un sinfín de frases son normales que aparezcan en estas situaciones. Quiere decir que la persona ha sido muy importante y que ahora estamos pasando por un dolor descomunal que cuesta sujetarlo, pero que poco a poco se irá diluyendo si lo hacemos bien y no intentamos evitarlo.

Por normal general, el duelo es un proceso que se suele pasar, con dificultad en algunos casos, pero se suele afrontar con tiempo y paciencia.

En algunos casos, si hay alguna muerte muy traumática o demasiado intensa, es posible que se necesite ayuda de un profesional psicólogo en Madrid. Un psicoterapeuta en Madrid puede ser de gran ayuda para acompañar un duelo y facilitar que la persona pueda asentarlo.


No dudes en llamar a un psicólogo online o presencial en Madrid si lo necesitas. Recuerda que el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.