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La Gestión Emocional es una gran estrategia para llevar una vida plena sin sufrimiento, acogiendo el dolor de una manera adecuada.

Darnos cuenta de las emociones que sentimos, acogerlas o reducirlas cuando se necesite, sabiendo ver el contexto en el cual estamos, es parte de esta gestión emocional. La parte positiva es que se pueden mejorar estas situaciones que pueden llegar a ser estresantes mediante el conocimiento y aprendizaje.

Aprenderemos cómo dominar nuestras emociones y cómo sacar el máximo partido de estas, que forman parte de nuestra personalidad. Existen varios métodos para ayudarnos a manifestar nuestros pensamientos.


¿De qué se trata la gestión (y no control) de las emociones?

En primer lugar es importante saber que las emociones no se pueden controlar, ya que la aparición es algo inesperado y normal. Lo que sí se puede hacer es gestionarlas, o lo que es lo mismo, tener una reacción responsable ante ellas, no siendo automática la respuesta, y a la vez teniendo algunas estrategias para regularse ante ellas.

Para saber cómo actuar en las dificultades que nos plantea la vida en cada día es muy importante conocer la parte emocional de la mente, y también es importante entender cómo nos adaptamos para pensar y sentir.

Nuestra sociedad actual no le da valor a las emociones de las personas, viéndolas como algo negativo a lo que es mejor no hacer mucho caso. Esto conduce a muchas personas a no valorar esta parte expresiva de la gente, cosa que dificulta a la hora de buscar nuestros objetivos personales.

Es necesario ser amigo de nuestras emociones y recogerlas lo mejor posible, ya que estas son las que están con nosotros todo el día y forman parte de cada uno de nosotros. Si conseguimos el duro trabajo de gestionar (y no controlar) nuestras emociones, estas jugarán a nuestro favor y conseguiremos más fácilmente nuestros objetivos

Querer controlar nuestras emociones (y no gestionarlas) puede crear mucho sufrimiento, ya que es ir a contracorriente, intentando estar feliz cuando estás triste por ejemplo, así que sigue leyendo para saber más.

La gestión de nuestras emociones es un tema que ha tenido en estos últimos años mucha importancia entre los especialistas ya que es muy beneficiosa para la salud de nuestra mente y el cómo juega un papel en nuestro trabajo, nuestros estudios o nuestra vida en general.

Gestionar bien nuestras emociones es sinónimo de tener éxito en nuestros intereses personales. La gente que no lo logra es vulnerable a que no se cumplan sus aspiraciones. 


Inteligencia emocional, ¿Qué es?

Es importante saber qué es la Inteligencia Emocional al hablar sobre Gestión Emocional. Este concepto fue reconocido más abiertamente gracias a un  famoso psicólogo Norte americano llamado Daniel Goleman, a través de su best seller: Inteligencia emocional, escrito en 1995. Para más información puedes acceder al artículo de Inteligencia Emocional.

Estas investigaciones han concluido en que la inteligencia emocional, es beneficiosa porque:

  • Nos hace tomar mejores decisiones
  • Ayuda con el bienestar de nuestra mente.
  • Potencia nuestro desarrollo.
  • Descansamos mejor.
  • Nos ayuda a conocernos mejor tanto a nosotros mismos como a nuestras emociones.
  • Rendimos más en el trabajo.
  • Nos ayuda a reducir situaciones de ansiedad o depresión.
  • Nos lleva a ser más líderes y a influir más en los demás.
  • Mejora las relaciones con las personas y a ponernos más sus pieles.
  • Alcanzar nuestros objetivos.

Tácticas para gestionar tus emociones

Ser inteligente emocionalmente hablando no solo incluye el propio conocimiento de tus emociones o el saber acogerlas o rebajarlas cuando sea necesario, sino que también incluye el conocimiento de las emociones de las demás personas. A continuación redactamos 10 tácticas para conseguirlo.

1. Anota en un papel o diario tus emociones y se consciente de estas.

No conseguiremos rebajar nuestras emociones sin saber las que sentimos y el cómo nos influyen, para esto sirve el propio conocimiento de las emociones, que es la base.

Apuntar las emociones que sientes es una táctica genial para conocerlas y saber cómo se reivindican en tu manera de actuar. Para conseguirlo te proponemos una manera de realizarlo:

  • Escribe aquellas emociones que has sentido.
  • Escribe cómo se han manifestado en tu comportamiento y cómo te sentiste.
  • Apunta la fecha del día.
  • Para realizar una valoración del día, hazlo 15 minutos aproximadamente antes de descansar.

Repasa y valora algunas similitudes o situaciones secuenciales que se hayan repetido después de haber escrito tus emociones durante ciertos días.

Además existe otra pequeña táctica conocida como “etiquetado emocional” que consiste en describir esas emociones que concretamente te hacen sentir peor. Pasando de una emoción nítida a frases con significado y estructura conseguirás conocer y describir aquello que te hace restar valor.

2. Elimina tus desvalorizaciones y quierete tal y como eres.

Es posible que encontremos ciertos aspectos de nosotros mismos que no nos parezcan positivos o que no entendamos pero hay que aprender a aceptarse uno mismo y quererse tal y como eres, ya que nadie es perfecto. Querer ser nuestra mejor versión constantemente puede llevarnos a debilitar nuestra salud mental, y es mejor no hacerlo.

No es bueno desvalorizarse o estar mal por sentir emociones, ya que todos las sentimos constantemente, lo que importa realmente es como las dirigimos para sentirnos bien. Es normal equivocarse y tener errores, a todo el mundo le pasa, pero saber aprender de estos es algo que nos ayudará en este proceso.


3. No protagonizes los pensamientos desagradables, y centrate en los agradables.

A veces pensamos que cuando nos aparecen emociones degradables la solución es hacer como si no las hubiéramos visto, pero estamos equivocados. Esto puede potenciar la emoción (imagínate una persona deprimida evitando sentir todo el rato que está triste). Después de trabajar analizando tus emociones, lo que debes hacer es centrarte en esas emociones que te aportan valor y las desagradables, darle menos valor, pero no las omitas, ya que es imposible, acógelas. Todo va alrededor de un objetivo, lograr que te quieras, y esforzarte por conseguir lo más deseado, tú. Esto es muy fácil leerlo, requiere un entrenamiento en terapia, y un encuentro con el terapeuta que te permita esto.

4. Céntrate en tus metas positivamente

Como en todo, si quieres conseguir algo tendrás que esforzarte, mostrar una actitud positiva, y ser resolutivo. En la gestión de las emociones hay un factor muy importante, el cual es tener voluntad por conseguir esos objetivos propuestos. No tenemos que lamentarnos ni juzgarnos, usando esto como excusa para quedarnos parados sin hacer nada y creer que podemos lograrlo.

Esto se basa en centrarse en eso que queremos conseguir y trazar estrategias para acercarnos a ello, así lograremos evitar esos pensamientos desagradables o que nos dificultan en el camino.

5. No mantenerse en la zona de enfrentamiento

Mantener esa actitud positiva, está genial pero hay veces en la que uno debe darse cuenta que lo mejor es dejar atrás esa zona de enfrentamiento o conflicto y marcharse, así tomarás una decisión que referida a la mente sería inteligente. Pensar que alejarse del enfrentamiento es de ser un cobarde es lo más común, pero no por eso lo correcto. Esto depende de cada situación y contexto, ya que no siempre va a ser lo mejor irte.


6. Introduce las críticas.

Es necesario aprender a introducir estas de manera que no nos afecten en exceso, el saber controlar o manejar las situaciones es lo que te va a hacer sentirte bien emocionalmente. No debes estar pensando todo el rato lo que la gente piensa u opina de ti, incluso a veces es conveniente utilizarlas como algo constructivo, es decir, para mejorar nosotros mismos.

7. Utiliza el ejercicio físico como método de liberación 

Realizar deporte no solo te ayudará a sentirte mejor con tu cuerpo, sino también psicológicamente, ya que desprenderás esas tensiones, aumentando también tu autoestima y reduciendo la ansiedad o depresión. Es un momento en el que tu mente está totalmente despejada y relajada.

8. Acude a lugares donde practican la gestión de emociones

Una de las mejores maneras de gestionar tus emociones, es practicando y formándote en lugares específicos donde poder participar y escuchar a los demás. Hay infinidad de clases y grupos que te impulsarán a gestionar tus propias emociones, desde terapias de grupo, grupos de mindfulness, etc… También acudir a un psicólogo en Madrid o un psicólogo online.


9. Presta atención a los demás con la escucha activa

Escuchar activamente no significa solo escuchar el lenguaje verbal, es decir lo que dice la otra persona, este concepto implica también prestar atención al lenguaje no verbal, que es una parte muy importante. En numerosas ocasiones nos centramos más en pensar lo que vamos a hablar que en la otra persona en sí, y en observar que nos quiere comunicar realmente. Si deseas conocer mejor las emociones que sienten los demás practica este tipo de escucha activa, potenciando la empatía.

10. Practica la atención plena o Mindfulness

Esta práctica es una de las más eficientes para la gestión de las emociones, y requiere de un gran sacrificio y ganas o intención. El mindfulness solo consta de utilizar una forma concreta de valorar un evento, sin prejuicios, sin juzgar, dejando que esté lo que tenga que estar.

Esta focalización es origen de la filosofía, aunque a día de hoy se utiliza como método de práctica. No es fácil al principio por lo que hay que trabajar en mejorar y aprender. Es recomendable tener un guía que pueda ayudarte al principio. En Planells Psicología tenemos un grupo de Mindfulness gratuito en el Retiro de Madrid los domingos por la mañana alternos.

Mejorar la gestión de emociones en cualquier situación, ¿En que te ayudará? 

Algunos de los beneficios son:

  • No dejar que tus pensamientos desagradables afecten sobre tu autoestima.
  • Centrarte en tus objetivos, y dejar a un lado las distracciones, y aquellas cosas que nos alejen de estos.
  • Evitar el consumo de drogas, alcohol… para evadir nuestras emociones.
  • Saber cómo actuar cuando una emoción se te aparece, y cómo minimizarla si es necesario.
  • Usar la motivación para que nos ayude en nuestros proyectos
  • Habilidad para adaptar tu comportamiento según el contexto emocional en el que nos encontremos.


Todas estas pautas son algunas ideas pero no tienen por qué solucionarte la vida, ya que el adecuado uso o mantenimiento deben ir acompañado de un profesional.

Es muy importante ser consciente de que una serie de estrategias vistas en una página de psicología no tiene por qué ser la solución a tus problemas, aunque si el primer paso para tomar conciencia y poder acudir a un profesional que te pueda guiar y acompañar en la gestión emocional. No solo son las pautas, si no un buen vínculo con un terapeuta que te permita la gestión emocional en el encuentro para que luego la puedas tener en tu soledad o entorno. En Planells Psicología llevamos procesos de este tipo, no dudes en llamar o escribir.