Es una pregunta que quizás se hagan muchos de los lectores en algún momento de su vida. ¿Cuándo ir al psicólogo? ¿Cómo sé si me vendría bien ir? ¿Me va a ayudar? ¿Y si me viene mejor la terapia grupal? ¿Será mejor la terapia online o la presencial? Acudir a consulta psicológica supone un estigma para muchas personas porque podría implicar reconocer que algo en nuestra vida no nos va bien, no nos gusta, y que no tenemos herramientas para afrontar la situación. Puede que sintamos miedo.
¿Qué pasa cuando sentimos miedo?
Huimos de situaciones de las que tenemos miedo, es algo evolutivo hacerlo, escapar del miedo. Pero puede que a largo plazo esta forma de escapar nos lleve a ser un problema más que a ser una forma de afrontar un problema. Ir al psicólogo implica hacer algo nuevo, algo diferente, supone ser vulnerable ante a un desconocido, mostrar tu luz y tus sombras. Volvemos a sentir ese miedo. Mejor nos quedamos como estamos… ¿cuándo ir al psicólogo? No lo sé, prefiero aguantar como estoy.
Si nos quedamos igual que estábamos, puede suceder que estemos mejor en un momento y peor en otro, aún así vamos a aguantar como podamos, no vamos a cambiar de actitud porque nos da miedo.

¿Qué pasa cuando sentimos vergüenza?
Otro sentimiento que podemos vivir es el de la vergüenza, como ya se ha mencionado antes, cuando vamos al psicólogo, nos exponemos, nos tenemos que mostrar tal como somos, nos desnudamos emocionalmente, y si no nos sentimos bien con nosotros mismos este trabajo es difícil de hacer.
Tengo a mi familia y amigos de confianza, no me hace falta hacer terapia…
¿Cuándo ir al psicólogo? El lector puede pensar que quizás no le face falta… Ya que existe muchas veces el desconocimiento sobre en qué consiste hacer terapia. Pensamos que la familia o los buenos amigos son suficientes para aliviarnos en los malos momentos, y esto es una idea acertada siempre y cuando la relación con estas personas sea sana, pero no es terapia. La terapia va más allá del alivio, alcanzando partes que nuestros seres cercanos no pueden tocar. Con lo cuál no es lo mismo y no sustituye ir al psicólogo.

Otros refugios…
En algunos casos nos refugiamos en otras cosas que nos alivian, como comida, compras, uso excesivo y dependiente de redes sociales… en casos más graves conductas como la adicción, por ejemplo, a las drogas.
No nos damos cuenta de que huir y escapar es siempre algo momentáneo, porque lo que sientes o piensas siempre te acaba encontrando. Porque se encuentra dentro de ti. Y no puedes escapar de ti mismo.
Aprendemos lo que vemos…
¿Cuándo ir al psicólogo? ¡Quizás no lo necesito! Es entonces cuando inconsciente o conscientemente huimos porque, básicamente, nos han enseñado a huir, lo hemos visto, quizás en familiares, amigos, conocidos… distraerse es un aliciente muy reforzante. Y aprendemos a hacer lo que nos produce un alivio. Son suspiros de paz dentro de un torbellino de problemas de diferentes ámbitos e índole.
No nos han enseñado a escucharnos, a sentirnos, a vivirnos… con nuestras luces y nuestras sombras. No nos han enseñado a pensar sobre nuestro pensamiento. Y a darnos cuenta de que nuestras ideas son solo eso, ideas, que vienen, que se quedan, que se van… Somos más que ideas.
Somos más que el miedo, la inseguridad, la vergüenza… La terapia es la forma de abrir nuestros ojos a un mundo diferente, con más posibilidades. Es abrir una ventana en una habitación oscura, en la que te has acostumbrado a vivir pero en la que no te sientes pleno. Algo te dice que te muevas, la ventana, la terapia, es la luz que ilumina otros caminos.
Cuando una persona se plantea cuándo ir al psicólogo, es maravilloso, porque hay duda, la semilla de la duda, nos hace reflexionar, nos hace estar inquietos y querer movernos, y el movimiento nos hace andar.
Es importante darnos cuenta de que la incomodidad y el malestar es la forma de hacernos saber que hay algo que no está bien, y mientras que estamos huyendo o escapando dejamos de escuchar.

¿Entonces cuándo ir al psicólogo?
¿Cuándo ir al psicólogo? Cuando hemos probado todo lo que antes ha funcionado y ahora no lo hace, cuando nos sentimos sobrepasados por una o varias situaciones. ¿Cuándo ir al psicólogo? Cuando no encontramos nada nuevo para aferrarnos y los problemas invaden nuestra vida.
¿Cuándo ir al psicólogo? Cuando el malestar se instala en nuestra vida y no nos permite ir más allá e ir hacia lo que nos hace bien y sentirnos felices.
Un terapeuta es la persona indicada que nos acompaña en el proceso, una persona cualificada cuyo interés es ayudarte a plantear cuales son tus objetivos, tus valores, y como caminar pausada y con perseverancia hacia ellos.
Una parte de la terapia es sacar todo aquello que va en contra de nuestros valores y, por lo tanto, que nos impiden avanzar hacia ellos. Es decir, hay que sacar el lastre para poder prosperar.
Este lastre cumple una función, antes de sacarlo, hay que saber identificarlo y pensar por qué y para qué lo adquirimos. Una vez lo sacamos, lo identificamos y entendemos su función, cambiamos la perspectiva.
El o la terapeuta será nuestro apoyo, un lugar seguro donde estar, un espacio de comprensión donde no caben juicios y que desde su conocimiento nos hará aceptar todo lo que somos, dando cuenta de que hay muchas partes que nos conforman, pero somos más que la suma de todas nuestras partes.
En conclusión…
Un psicólogo es la persona que nos ayuda a llevar la teoría a la práctica, que nos da herramientas para poder actuar en función de nuestros valores. Es decir, a comprometernos con ellos. A pesar de emociones, sentimientos y pensamientos desagradables… La psicoterapia no es un trabajo fácil, en ocasiones saldremos removidos y sentiremos dolor en el proceso. Para entendernos, sería como sanar una herida física, como por ejemplo, cuando nos rajamos la piel y queda un corte profundo… Tenemos que cerrar esa herida para que no se nos infecte y a la larga el tratamiento tenga que ser más invasivo o difícil de llevar a cabo.
Tenemos que lavar la herida, desinfectar la zona, desinfectar duele pero es necesario. Tenemos que coser con el material adecuado la herida, el psicólogo es quien con delicadeza te hace ver la necesidad de hacer esto, de aceptar este dolor que es aversivo y pasajero al mismo tiempo y que al pasar el tiempo te hará darte cuenta de que cuidarte e ir a favor de tu salud es lo verdaderamente adaptativo. ¿Cuándo ir al psicólogo? Cuando necesitamos sanar las heridas invisibles.
